Un tema por demás importante, en el que, como
adultos deberíamos detenernos varios momentos para reflexionar con consciencia,
es el
“Respeto a los adolescentes”
¿Por
qué respetar, si no me respetan?
Causa común de quejas de ¡Todos los
adolescentes!
¡Qué difícil es ser padre o madre, pero también ser
hijo!
Los “Padres”
desafortunadamente no contaremos jamás, con el manual idóneo para bien o mal
educar a nuestros hijos, alguna vez fuimos pero olvidamos… Cuándo se trata de
los nuestros.
No recordamos
aquellos deseos desesperados de nuestra juventud pasada, por obtener el permiso
para salir a una fiesta, divertirnos como jóvenes, pasear o simplemente asistir
al cine o un café.
Y encima,
desconocemos totalmente (lástima) que no
por ser nuestros hijos, no tienen derecho a ser ¡Respetados!
Pero ¿Qué en
realidad sucede con los padres?
Los amigos,
guías, consejeros, únicos que aguantaremos, estaremos cuándo enfermes, cuándo
llores o necesites… ¡Somos los padres!
Con todo y
errores (desafortunadamente nadie nos enseño a educarte y hacemos lo que
creemos pero no sabemos a ciencia cierta si estará bien, muy bien, mal o
pésimamente mal, no existe ciencia
perfecta que nos indique
¿Cómo ser el
mejor padre de tus hijos?
Cometemos
errores ¡Claro, y tú podrás cometer no los mismos tal vez, sí otros y te
juzgarán o amarán igual!
¿Te olvidarán?
Ni la
palabra más amplia nos haría entender
¿Por qué nos
dejan, olvidan nuestros hijos?
La única
ciencia existente y real de todo, todo, cuánto hicimos en esta estancia de vida
es:
¡La
verdadera consciencia!
Y entiendas
o no, tarde o temprano, a
¡Todos nos
llega!
Entonces es
como aquella sabiduría, que muestra lo que antes hicimos para bien o para mal,
pero,
¿Qué es bien,
que mal?
Lo que
consideramos no agradable para nuestro creador y sin embargo lo llegamos a
entender y no es que sea tarde, es el momento en que debíamos entenderlo como
tal, aunque creamos es tarde, tarde sería, nunca entenderlo o cambiarlo.
Más de
muchos millones de padres o madres, hijos, amigos, novios, matrimonios,
quisiéramos regresar el tiempo evitando errores que, sin pensar, sin
consciencia en un ayer cometimos.
Tampoco
entendemos como padres, que para poder respetar a nuestros hijos necesitamos
puntos clave que, desde nuestra niñez marcará una mejor o menor excelente
creación de nuestros hijos, puntos que aunque parecieran sencillos, son clave y
consecuencia de nuestras futuras vivencias y creaciones (hijos)
Los puntos
clave serían:
1.- Haber
sido creados con amor y seguridad de nuestros padres
2.-
Confianza y apoyo en todo lo que pensamos, hablamos, actuamos por tonto que a
ellos parezca
3.-
Enaltecernos si logramos un triunfo, orientarnos cuándo cometemos un error o
fracaso
4.- Dejarnos
ser cuándo nuestro interés sea por lograr una nueva creación aunque ellos lo
desconozcan
5.- Darnos
el derecho a opinar, a saber que también nuestras ideas pueden tener un valor
6.-
Enseñarnos a amar a nuestros hermanos, permanecer unidos siempre, ante
cualquier circunstancia buena o mala
7.- Darnos
un por qué de amar a nuestros semejantes, respetarlos o enseñarnos a
defendernos cuándo nos hieran
Y
llenaríamos un libro de recomendaciones, cualidades y valores que,
¿Quién podría
llevar a la perfección?
¡Sí
olvidamos los 10 mandamientos de dios, y en todos caemos a través de los años…
¿No
olvidaríamos esto, cayendo y errando?
Más bien,
antes de poder respetar a los que tanto amamos
¡Nuestros
hijos!
Necesitaríamos
un absoluto recordatorio de lo que fuimos, hicimos, cuándo nos tocó ser hijos…
Puedo solo
opinar que, debemos ¡Todos los padres!
Recordar
que, también fuimos jóvenes, tuvimos o no infancia, juventud, adolescencia y
también triunfamos o nos equivocamos en aquél ayer.
Reconozco
que como jóvenes (Tarde o no) merecen respeto, voz y voto pero
¿Nuestros
padres nos lo enseñaron antes?
¿Ellos, se
respetaban?
Como podemos
ver…
¡No es una
magia que se tiene de un día para otro, es toda una buena o mala composición de
hábitos, valores, educación, cultura, amor y tantos apapachos más,
Que un
simple cambio mágico instantáneo.
Por aprender
primero
¡Respetarnos
a nosotros mismos, para después respetar a los demás! Como padres.
¿Qué quieren
los padres para sus hijos?
¡No queremos
que nuestros hijos sufran, vivan, pasen o fracasen lo que nosotros tal vez
hicimos!
Pero
aprenderlo como hijos es el entendimiento tardío, cuándo nos toca ser padres.
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