Su deceso se produjo un día después de
presentarse el nuevo iPhone y a siete años de ser diagnosticado de cáncer de
páncreas. Hoy es reconocido como el hombre que cambió la forma en que usamos la
tecnología. Por Axel Christiansen Z.
Fue la misma página de Apple.com, que hace un día
promocionaba el último teléfono de la compañía, la que se encargó de confirmar
la noticia. Con una fotografía en blanco y negro y un simple mensaje que lo
decía todo: "Steve Jobs: 1955-2011"
Así se anunciaba a todo el mundo
Steve Jobs, creador de Apple, muere a los 56 años
La partida quizás demasiado pronto de una de las mentes
más brillantes del mundo de la tecnología. Cofundador de Apple, gurú
tecnológico y ejecutivo carismático, dio ayer por finalizada su larga batalla
contra un cáncer al páncreas que lo acompañó desde 2004. Final que muchos
esperaban, pero que nadie se atrevía a asumir, luego de que hace poco más de un
mes dejara su cargo de CEO de Apple, la compañía que logró transformar en la
segunda más valiosa del mundo. Pero más allá de su legado en forma de
computadores, teléfonos y hasta películas de animación, la historia detrás de
Jobs habla de cómo pudo transformar un destino amarrado a la miseria, a uno que
lo convirtió en el hombre que cambió por completo el curso del desarrollo
digital. A pesar de ser seguido por millones de personas, Jobs era de carácter
reservado con su vida privada. Su trabajo público era contar de la mejor manera
posible el relato de sus invenciones. Pero fue en el recordado discurso que
realizó en el año 2005, frente a la U. de Stanford, cuando relató en su propia
voz sus orígenes. Sus padres biológicos lo dieron en adopción, pues no habían
terminado sus estudios universitarios. Encomendaron a Steve a Paul y Clara
Jobs, una familia de origen armenio, que fue la que formó al joven desde sus
inicios. A los 12 años vio su primera computadora y se dice que ese fue el día
en el que decidió que esa sería su vida. Su familia se había trasladado a
Mountain View, en California, que ya se estaba convirtiendo en una cuna de lo
que sería la revolución tecnológica. Como muchos de su generación, Jobs acudió
a la universidad, pero nunca la terminó. Sus clases obligatorias lo aburrían y
decidió ir sólo a las que más le interesaban.
Sólo
seis meses duró en Reed College en su carrera formal, pero acudió 18 meses como
oyente a un curso de caligrafía. Aunque en ese entonces no le servía de nada,
10 años después se convirtió en el sello personal de sus productos. "El
Mac fue el primer ordenador con múltiples tipografías y fuentes
proporcionalmente espaciadas. Y como Windows no hizo más que copiar a Mac, es
probable que ningún PC la tuviese".
Pero no
fue hasta 1974 cuando el verdadero destino de Apple comenzó a formarse.
Trabajando en Atari, la popular compañía de videojuegos, conoció a Steve
Wozniak, su primer y más importante socio. Con él acudió al Homebrew Computer
Club, un equipo de entusiastas que buscaba un fin: poder crear un computador
hecho en casa.
Así es como comenzó todo.
El sueño
empezó a formarse en 1976. Wozniak trabajaba en Hewlett Packard y le dijo a sus
jefes que quería crear un nuevo computador. Se rieron de él y renunció. Acudió
donde su amigo Jobs, quien no lo pensó dos veces: fundaron Apple Computer
Company ese mismo año. En 1977 surgió la primera creación: el Apple I. Un
rústico computador hecho de madera, pero con su interior totalmente diseñado
por la dupla. Entre feria y feria lograron vender 200 computadores. Pero fue el
Apple II el equipo que rompió todos los esquemas. Es considerado el primer
computador de escritorio pensado para el público común: un aparato hecho para
tener en una casa u oficina, en lugar de un laboratorio. En 10 años pasaron de
dos a cuatro mil empleados y la fortuna de ambos se calculaba en 2 mil millones
de dólares. Y fue en 1984 cuando se presentó el primer gran proyecto de Jobs,
ese que definió su estilo para dirigir la tecnología en toda su carrera. El Macintosh
fue el primer computador con un sistema operativo gráfico, diseñado para ser
usado sin necesidad de códigos ni uso extraño. Incorporó un elemento único en
su tiempo: un mouse y sentó la base de lo que pronto sería Windows.
Curiosamente,
Apple también fue lo primero que se le fue de las manos: la empresa era tan
grande que contrató a gente externa para dirigirla. Gente que, en su momento,
decidió que había que despedir a Jobs para mejorar la compañía.
Steve
estaba desolado e incluso pensó en alejarse de la tecnología. Con su fortuna
compró Pixar, un incipiente estudio de animación y fundó NeXT, otra empresa de
computadores. Empresa que quizás no recuerden por su nombre, pero que fue usada
por Tim Berners Lee como primer servidor para testear la World Wide Web, la
internet moderna.
En 1997,
la tortilla se había dado vuelta: Apple estaba en crisis y NeXT sumaba elogios.
Así es como Apple decide comprar NeXT y hace regresar a Jobs a sus orígenes. Y
fue precisamente en esta segunda vuelta cuando Steve Jobs se ganó su rol de
gurú. Y no es menor: el iPod, el Mac Book Air, el iPhone y el iPad fueron sólo
parte de las invenciones que cambiaron el mundo y que están bajo su autoría,
dentro de las 313 patentes tecnológicas, que incluyen hasta los empaques de sus
productos. Su figura podía causar amor, odio, pero nunca indiferencia. Inventó
un estilo de presentación -la Stevenote- que hasta ahora es estudiado en
escuelas de marketing y dirección de empresas. Conferencias seguidas por
millones de personas alrededor del mundo, que acudían de manera virtual a
seguirlo. Presentaciones que por su masividad también fueron dejando a la vista
cómo su estado de salud empeoraba. Después de 2004, en cada presentación se
veía más flaco, con menos energía. En 2008 se filtró su primer obituario, que
tomó medio en broma -riéndose de él en una presentación- y medio en serio,
tomando un alta médica de seis meses al año siguiente.
La
presentación del iPad 2 y del sistema iCloud fueron sus últimas apariciones al
mando de la compañía. El 24 de agosto pasado presentó su renuncia al cargo de
CEO de Apple, "para estar con su familia". La misma que lo acompañó
antes de morir el día de ayer. Familia que, además, agradeció el apoyo de sus
fans, quienes paradójicamente habían anunciado que el 14 de octubre, para el
lanzamiento del iPhone 4S, harían el "Día Mundial de Steve Jobs", un
evento para recordar el legado del genio detrás de Apple. Ahora será un recordatorio.
Un giro tan rápido e inesperado como las vueltas que llevaron a Jobs a convertirse
en la mente más importante de la computación en el siglo XXI.
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