17/6/11

TAI-CHI

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SOBRE EL TAI-CHI



Osho : Hola, Mallika. ¿Qué nos cuentas?
Mallika (la líder del grupo de Tai-Chi del ashram)
 Te escribí una carta sobre el grupo.
Osho:
Sí. Me gustaría deciros unas cuantas cosas... La música puede distraer mucho la atención en el
Tai-Chi, porque el quid del Tai-Chi es el estar centrado, ser consciente, permanecer con tu energía, y permanecer muy con tu interior. Cuando hay música, la música tiene un tremendo poder sobre la mente. No hay nada como la música. Cuando hay música comienzas a ser zarandeado por ella. Y entonces pierdes tu maleabilidad, esa lentitud que es la misma base del Tai-Chi, y tiendes a olvidar tu centramiento. Te haces más y más consciente de la música y menos y menos consciente de tu movimiento interno de energías. Y éste es tan sutil que una pequeña distracción es suficiente. Puede que lo disfrutes más -pero esta no es la finalidad.  La gente del Tai-Chi puede disfrutar más. Será menos aburrido, habrá más entretenimiento, pero te perderás lo más importante. Y el Tai-Chi no está para ser un entretenimiento. Por eso dejadme deciros unas cuantas cosas sobre el aburrimiento.
El aburrimiento es parte de muchos de los métodos orientales. Nunca lo dice nadie, porque la gente sencillamente se asusta en el momento en que uno dice que el aburrimiento forma parte de ello. Pero en aburrimiento es parte de muchos métodos orientales; casi todos los métodos orientales están basados en el aburrimiento. En un monasterio Zen el monje vive una vida muy aburrida. La misma rutina -exactamente lo mismo cada día: un año tras otro - sin cambios. Incluso para evitar los cambios provenientes del exterior han diseñado jardines de rocas, porque los árboles cambian. Toda la atmósfera de un monasterio Zen ha de permanecer absolutamente inalterada - sin cambios.
Cuando una persona está totalmente aburrida, la mente comienza a desaparecer, porque la mente existe, se alimenta de sensaciones. Cuando hay algo nuevo, la mente está alerta. Cuando no hay nada nuevo la mente no se preocupa. Si durante años vives una vida muy monótona, la mente no tiene nada que hacer ahí. Poco a poco la mente desaparece: la mente no puede existir. Y esta es la raíz de todos los mantras, de los cantos - también aburren a la mente.
El estar en una clase de Tai-Chi es algo muy aburrido. Incluso la gente que está mirando se siente soñolienta porque el movimiento es tan lento y siempre lo mismo, lo mismo. Funciona como una canción de cuna para la mente, y la persona que lo está haciendo también se siente algo soñolienta. No puede dormirse porque tiene que moverse. Existen pues dos cosas: la monotonía, con todas las probabilidades de que uno pueda dormirse... pero no puede porque tiene que moverse. Así que el movimiento no permite que uno se duerma, y la suavidad del movimiento no permite que la mente se entretenga. Ambas cosas funcionan en contra de la mente. La mente no puede dormirse y no puede entretenerse. La mente no tiene salida alguna, ninguna vía de escape. Poco a poco la mente desaparece. Hay sólo pura energía, como las olas del océano, llegando, golpeando, rompiéndose contra las rocas. Llegando de nuevo, otra vez , año tras otro , durante millones de años . ..Un proceso ciertamente monótono, pero tremendamente hermoso.
Por eso la música sería un entretenimiento. La gente disfrutaría con ella, les encantaría, pero se perdería el Tai-Chi. Por eso no hay música en este momento. Puedo permitir la música a aquellos practicantes de Tai-Chi muy avanzados. Puede convertirse en una tarea para ellos; y la tarea consiste en que no deben de escuchar la música. Que se olviden de la música. La música tirará de ellos pero ellos no deberán de escucharla, deben permanecer centrados. Pero eso sólo es para muy expertos practicantes. Al comienzo la música es muy poderosa.
Es como si estás meditando y te colocan apetitosa comida delante de ti y comienzas a oler su fragancia y la saliva comienza fluir en tu boca; será una distracción. Puede usarse cuando una persona es un meditador altamente evolucionado; entonces puede incluso utilizarse como test. Entonces la comida puede estar ahí, una hermosa mujer desnuda puede estar ahí, pero no importa. El no mirará a la mujer - mirará a través de la mujer.
Hay una historia sobre Buddha. Estaba sentado bajo un árbol cerca de Bodhgaya unos cuantos jóvenes ricos habían llevado una prostituta al bosque. Se emborracharon y le quitaron las ropas, pero viéndolos totalmente ebrios ella se escapó. Al amanecer se dieron cuenta de que la mujer los había abandonado y comenzaron a buscarla. Llegaron hasta dónde estaba Buddha.
Le preguntaron,"¿Has visto a una mujer, a una mujer muy hermosa y desnuda, pasando por aquí? Debe de haber pasado por aquí porque este el único camino para ir a la ciudad." Buddha les contestó, " Alguien pasó. Es muy difícil decir si era hombre o mujer. Muy difícil decir si iba o no iba vestido. Muy difícil decir si era o no era hermosa. Yo miré...estaba en profunda meditación. Con seguridad alguien pasó, hasta ahí sí puedo asegurarlo, pero quién - si hombre, si mujer, hermoso o feo, vestida o desnuda - no puedo asegurarlo."
Ellos dijeron, "¿Estabas sentado con los ojos abiertos?" El contestó, "Estaba sentado con los ojos abiertos pero no estaba mirando. Los ojos reflejaron el paso de alguien. Los ojos notaron que alguien pasaba, pero no tenía yo interés alguno en ello" - y cuando tú no estás interesado, entonces nada te distrae... pero ese es un estado de meditación muy elevado.
Por esto, en este momento, no introduzcamos la música. Más tarde cuando algunos estén en un nivel muy avanzado, entonces os lo diré; para esas personas podéis introducir la música. Pero entonces el tema estribará en que la música permanezca como fondo y ellos no deberán de permitirse el ser distraído, deberán permanecer con su energía. Así que la música no será una ayuda, un soporte, sino una prueba. En este mismo momento no sería nada bueno. Y si introduces la música la gente comenzará a bailar casi. La música hace que la gente baile... la música tiene un tremendo poder. Simplemente golpea tu energía y te sientes con ganas de bailar.
La música ayuda a la gente a abandonarse a sí mismos, a olvidarse de sí mismos. Por eso hay dos tipos de técnicas meditativas. Una es la de olvidarse a sí mismos y entonces la música es perfectamente adecuada. Esto es lo que es el rezar - por eso en la oración puedes usar la música. Pero en el método de ser consciente no puedes usar la música, porque ese se trata de auto-recordarse, tienes que recordarte a ti mismo - qué es lo que eres, dónde estás. Tienes que permanecer aquí, centrado continuamente en tu ser, sin ir de acá para allá.
Por eso para el Tai-Chi, el centrase, el ser consciente, el auto-recuerdo, son las palabras apropiadas para comprenderlo. Para la oración, para la danza Sufí, para el whirling*. La cosa es totalmente diferente, diametralmente opuesta. Tienes que olvidarte de ti mismo. Es un estado de olvidarse de sí mismo. Tienes que ahogarte en ti mismo y llegar a emborracharte totalmente. Y la música es un vino - nada como ella. Nada hace sentirse a una persona tan embriagada como la música.
Hay una conocida historia sobre un tal rey Lucknow*. Era un gran amante de la música e invitó a un gran músico a la corte. Pero el músico era un excéntrico y dijo, "Tocaré mi sitar, pero con una sola condición: que no se permita a nadie agitar su cabeza. Han de permanecer como estatuas. Si alguien mueve la cabeza, se le ha de cortar."
El rey se sorprendió pero él era también un loco y dijo, "De acuerdo" Comunicó a toda la ciudad que sólo a aquellos que poseyeran un absoluto control sobre sí mismos se les permitiría asistir, en caso contrario estarían jugándose su propia vida. Muchos miles deseaban asistir pero se asustaron, tan sólo unos pocos acudieron, unos pocos cientos fueron. Y el músico empezó a tocar. Pasó una media hora y diez, doce personas estaban totalmente ebrias con la música, agitando sus cabezas, su energía moviéndose. El rey estaba sorprendido -"¿Puede acaso la música ser tan poderosa? ¡Esta gente está arriesgando sus vidas!"
Al acabar la sesión esas diez o doce personas fueron presas, llevadas ante el músico y entonces el rey dijo, "¿Y ahora que dices? ¿Les hemos de cortar la cabeza?" A lo que el músico respondió, No. Esa es la auténtica gente para la que me gustaría interpretar un repertorio especial. Deseaba conocer a los auténticos. Una persona que puede arriesgar su vida - ante ella me gustaría tocar. Estos son los auténticos borrachos." La gente había estado sentada muy rígidamente porque incluso a veces puede que uno se mueva por alguna otra razón y entonces se le confundiera. La gente estaba sentada como estatuas, pero esos diez o doce...”
El rey preguntó a esas doce personas, "¿Acaso no erais conscientes? ¿Por qué os movíais? ¿Porqué erais influenciados por la música cuando había vuestra vida en juego?" Ellos contestaron, "No lo sabemos. Tratamos de mantenernos bajo control hasta un cierto instante más allá del cual ya no estábamos presentes. Por eso no podemos decir que nosotros movíamos nuestros cuerpos, Los cuerpos se movían, eso es cierto, pero nosotros no los movíamos. Intentamos todo para tratar de permanecer inmóviles, pero en un momento dado no pudimos aguantarlo... La música era tan maravillosa y tan penetrante, que en ese mismo instante toda idea de vida o de muerte desapareció. De hecho desapareció la idea del propio yo, de forma que no había nadie que controlara. Sucedió por sí mismo. Estamos listos - si tenemos que morir, estamos preparados."
La música tiene un tremendo poder. Es alcohólica; a través del sonido te intoxica. A través de las sutiles vibraciones sonoras hace que te abandones a ti mismo. Por eso es buena para el whirling, para las meditaciones sufíes, para la devoción bahkti, para la oración - es perfectamente adecuada- pero no lo es para el Tai-Chi. El Tai-Chi es un método taoísta. La música no tiene relación alguna con él. Por eso abandona ya mismo esa idea.
¿Hay algo más que quisieras decir?
Mallika: La he estado utilizando para la parte de relajación.
Osho: Puedes utilizarla. No te preocupes por ello. Todo está correcto. ¡Me alegro!
Más tarde hablando del grupo de Tai-Chi, Mallika explicó el significado de las palabras Tai-Chi, diciendo que Tai podía ser traducido como gran, y Chi como fundamental. También podía ser traducido como la "suprema actividad energizadora"  pudiendo ser así contemplada como una forma de movimiento que sigue el gran método vitalizador.
La historia tradicional del origen del Tai-Chi es la de que un maestro Taoísta observaba una cigüeña y una serpiente enzarzadas en su diario combate y se sintió inspirado en agrupar sus movimientos como un conjunto. Cada movimiento es en sí mismo un modo de defensa y de contra-ataque. Básicamente consiste en retirarse primero, aceptando y luego contra golpear si uno lo requiere. Es una tipo de danza simbólica.
Mallika dijo que practicando Tai-Chi uno se llega a sentir en armonía con la Tierra; "Cuando danzas el Tai-Chi, bailas el danza de las estrellas y de la naturaleza. Esto es lo que siento cuando practico Tai-Chi en la terraza (de la Casa de Krishna) al amanecer y al ocaso. Me olvido de que soy... es como si fuera parte de lo que esta sucediendo."
Comenzando con el método básico así como con algunas meditaciones chinas, Mallika descubrió que el grupo que estaba dirigiendo en el ashram estaba evolucionando hacia algo realmente único. "Comenzó cuando empecé a utilizar algunas de las técnicas de relajación que había aprendido. Gradualmente, poco a poco, todas las diferentes clases de terapias y alguna clase de entrenamiento psíquico que había desarrollado en USA, algo de control Alfa - el aprender a variar las ondas cerebrales- algo de EST y algunas otra cosillas que tomé de aquí y allí, todo comenzó a encajar."
"Osho habla de este lugar como convirtiéndose en el ashram del siglo XXl, y todo lo que aquí ocurre funciona más acelerada e intensamente, y eso mismo me ocurre a mí con el grupo de Tai-Chi."
"El grupo se desarrolla una vez por mes. Al principio, lo "hacía " yo, y preguntaba a Bagwhan constantemente. Le escribí una carta tras otra sobre lo que era o no posible hacer con el grupo, y él me las devolvía diciéndome, " Te bendigo, te bendigo " de forma que una y otra vez me devolvía a mí misma. Sé que debido a la presencia de Osho es una experiencia totalmente diferente de lo que era en Occidente."
“Cuanto más era consciente de la presencia de Osho, más abierta me sentía hacia él. Siento que este es el grupo de Osho y yo estoy aquí tan sólo por casualidad. La gente que viene aquí me proporciona espacio para desarrollar el Tai-Chi y crecer con él. Para la gente, éste es un espacio en el que acercarse más a Osho. Nos hace a todos más abiertos a él... más asequibles."
“Lo que realmente me asombra es que cuanto menos planeo y menos pienso sobre ello, más me vacío y más siento la energía de Osho. A veces tengo instantáneas de él haciendo Tai-Chi. Cierro mis ojos en medio de un ejercicio cuando la gente se esta mirando una a otra, y él está ahí , mirándome."
"Me atrevo aquí a asumir más riesgos en lo que en términos de Osho él denomina la monotonía del grupo - o sea que el Tai-Chi no significa diversión, sino que la gente que asiste al grupo viene aquí para volver locas a sus mentes. Más y más voy abandonando la idea de " Debo de hacerlo más entretenido para que así yo guste a la gente”, y lo llevo al límite de lo que el Tai-Chi es, y observo mi resistencia creciendo al hacer una y otra vez el mismo ejercicio durante una hora."
"A veces me detengo y pienso, "Creo que es demasiado largo, suficiente”, y entonces pienso que es mi mente la que racionaliza porque quiero detenerme. Entonces cierro los ojos y visualizo a Osho. Puede que él este ahí sentado mirando a lo lejos y entonces pienso, "El está aburrido también", y paramos, o puede que este ahí sentado sonriendo, y por eso proseguimos, y intuyo que este es mi propio modo de abandonarme a mí misma. Cuando más lo hago, tanto más no estoy presente, y más excitante es."
"Hay una imagen china que utilizo con frecuencia conmigo misma y es el sentirme un bambú hueco... tan sólo sentirme hueca y vacía y dejarme mecer por el viento - y ese viento es Osho." 
Mi opinión entonces.-
La enseñanza del Tai-Chi, es el abandono de la mente o parte corporal humana para poder estar en total concentración con la mente del espíritu aun existiendo música que pudiese distraer, por qué logrando la absoluta concentración, ni la música podrá distraernos y encontraremos el control absoluto de nosotros mismos interno.

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