Recuerdo el ayer cuando niño,
que retozaba, jugaba, reía
a cualquier momento,
aquel que con cada amanecer
hoy de mi presente tengo
como el ayer de mis recuerdos.
Así a los años fui creciendo
recuerdos de niño desapareciendo,
la juventud ahora reflejada en mi rostro
en pupilas de mis ojos donde había ilusión
incomprensión,
deseo de sabiduría, dudas y amor.
Años habían
más ilusiones vendrían,
¡Nunca imagine, se perderían!
La niñez y juventud
rápidamente desapareció.
No supe entonces en ¡Que momento, cómo!
Amores venían, otros partían,
esperando el verdadero ¡Perdurable!
Sin imaginar…
también de mi lado escaparía.
Entonces llegue a adulto, así seguí el camino
iba y venía, continué el destino aprendiendo,
sin saber que mi vida,
en falsas ilusiones se perdía.
Años nuevos venían,
cuántos a mi paso transcurrían,
entonces me vi envuelto sin ilusiones
sin amores que también por falsos
partían.
Mi corazón, se lleno de tristeza
mis ojos, días enteros lloraron
muchas lágrimas en mi vida
se derramaron.
Aprendí tarde, de los que antes
mi corazón destrozaron
las ilusiones, recuerdos, alegrías de niño
se fueron al olvido
hasta que reflejaron en mi rostro dolor
por años, que no comprendí perdidos.
Mi cabello encaneció
las añoranzas o esperanzas,
no venían ya a mi alma,
llegaron enfermedad, derrota y pobreza
cuán solo me vi.
El amor…
¿Viví?
¿Existía? Casi siempre disfrazado
no pude vivirlo al igual que todos
frío, descarado.
Más, regresé al rincón de mis recuerdos
deseaba verdadero amor,
pero hasta hoy, solo lo veo en mis recuerdos
cuántos por él lloramos
en el ayer de nuestros recuerdos.
Y, aún lloro bohemio
por el ayer de mis recuerdos,
el ayer de mis deseos,
pues no practico la astucia
convivo en sabiduría y paciencia
para hoy no sufrir más
por el ayer de mis recuerdos.
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