4/12/11

El “Tercer Ojo” Cierto o Incierto

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La relación existente entre la glándula pineal y el tercer ojo, desde los egipcios, indicaba anticipación al futuro, para los hindúes era llave de iluminación y para los aztecas el afán era despertarlo para una visión directa de lo invisible.
Pero mencionando lo significativo

El “Tercer Ojo” Cierto o Incierto” entenderlo a fondo porque fue considerado el órgano del “Alma” y varias civilizaciones lo situaban entre el entrecejo sobre la frente.
Años fue considerado algo mítico, “Cierto o Incierto” ahora  el tercer ojo, para la ciencia, tiene conexión con la glándula pineal, todos lo poseemos oculto entre la masa encefálica. Parapsicología y esoterismo señalan
“El Tercer Ojo” es responsable de la telepatía y visión extrasensorial, los niños tienen mayor capacidad de usarlo, y todos podemos hacerlo.
 En el Paleolítico lo conocían, han encontrado en diferentes lugares del mundo cráneos trepanados en la frente y la coronilla, común en Europa y América Precolombina. El fin, abrir un ojo artificial en el lugar exacto donde ubicar para ellos

“El Ojo Sagrado” En los Egipcios lo llamarón
“El Ojo de Horus” en muchas pinturas sagradas  representado como un triple ojo, símbolo de la trinidad ocultista de] dios Tot. Y también en numerosos sarcófagos, estatuas y en relatos del "Libro oculto de la morada"
(la gran obra religiosa de los habitantes del Nilo)
el tercer ojo aparecía asociado a una serpiente, ya que este animal, enrollado en espiral sobre la frente de un iniciado, permitía leer el destino
La otra civilización que se ocupó de la existencia del tercer ojo fue la hindú.

 Los lamas tibetanos, en su intento por lograr el desarrollo interior a través de la capacidad de la mente, consideraban el tercer ojo como punto de proyección a la conciencia cósmica. Asociaban este sitio con el sexto chakra (uno de los centros superiores de energía del cuerpo humano, situado entre ambas cejas) adjudicando funciones de intuición y éxtasis.

Casi todas las técnicas para abrir el tercer ojo son herencia de los monjes del Tibet. Meditar, llevando toda la atención al entrecejo es una de ellas, así como concentrarse en la observación de cristales (que reflejan la luz tal como el tercer ojo multiplica la verdad) sea cristal de roca, bola de cristal o un cuenco de agua cristalina.

La trepanación también era habitual entre los lamas orientales para ayudar al florecimiento de este poder intuitivo, aunque en la actualidad se considera que esta práctica es muy peligrosa, ya que una persona que no esté preparada para ver el futuro, distinguir el aura humana o realizar viajes astrales, corre el riesgo de enloquecer.
Cuando un lama iba a ser trepanado, permanecía a oscuras un día entero, con una compresa de hierbas anestésicas sobre su frente. Al amanecer se le conducía a otra habitación, en la cual un grupo de lamas le clavaban en el entrecejo un punzón esterilizado, hasta llegar al hueso, 3 semanas  permanecía sin comer con una astilla de madera en la herida, finalizando el periodo quemaban la astilla con incienso, para después distinguir el Aura de las personas a voluntad.

La Glándula de Luz:
En 1959 Aarón Lerner
(Investigador Norteamericano)
Relacionó al órgano con la producción de una hormona de nombre “Melatonína” muchos se interesaron y se descubrió que la Glándula Pineal, era casi tan sensible a la luz como la retina a la obscuridad (ubicada al centro de la masa encefálica)
Logro activarla con luz para producir mayor cantidad de Melatonína para lograr una especie de letargo. Como la Melatonína es una hormona que interviene en el desarrollo sexual y también ciertos cuadros  depresivos, se pudo comprender entonces por qué en países fríos, donde la luz solar era escasa, la poca estimulación de la glándula pineal ocasionaba una maduración sexual tardía y cuadros depresivos mucho más frecuentes. Pero al mismo tiempo, también en los lugares de inviernos rigurosos como el Tibet o Escandinavia los poderes paranormales parecían más frecuentes, a causa de una mayor actividad pineal
Mientras la biología humana realizaba estos descubrimientos, los zoólogos y paleontólogos descubrían que numerosos animales poseen también una glándula semejante a la pineal, la cual está estrechamente relacionada con el instinto de conservación y con el reloj biológico. La novedad que aportaron estas investigaciones fue que tanto los reptiles prehistóricos como las palomas y ciertos peces, percibían gracias a esta glándula variaciones en el campo magnético y distinguían además los cambios de intensidad en las ondas ultravioleta, siendo probable que esta percepción les permitiese "ver" realidades que los humanos ni siquiera sospechamos.
Estos datos llevaron a los investigadores a las fuentes del budismo, que ya en el siglo V a.c sostenía que el sexto chakra, donde se ubica la glándula pineal, es una ventana hacia la luz divina. Para estos ascetas, el tercer ojo es una especie de "antena cósmica" y su doctrina sostenía que aprendiendo a desbloquear energéticamente este sitio cualquier ser humano podría comunicarse con seres no físicos, leer el pensamiento y visualizar el aura de quienes los rodeaban. La glándula pineal se activa en la oscuridad y se atrofia al recibir demasiada luz. Esto fue comprobado ampliamente por los neurobiólogos que enunciaron las teorías VELO y VEO, vinculadas con este fenómeno. VELO es el nombre que se le aplica a la activación de la glándula pineal, mediante sesiones de oscuridad prolongada, hasta lograr ver los objetos a pesar de la falta de luz. "Tras un entrenamiento de varias sesiones relata un sujeto en prueba de adaptación VELO colocaron ante mi  un objeto que no llegué a reconocer, antes de quedar sumergido completamente en las sombras. Primero distinguía una luminosidad grisácea pero llegó un momento que noté claramente que se trataba de un ramo de orquídeas. Lo más interesante es que llegó un punto en que pude ver sus colores y todos sus detalles, gracias a una especie de luz pulsante que irradiaba de la planta.
Otra forma de entrenar la glándula pineal es mediante la práctica del VEO, que consiste en permanecer con los ojos vendados en un sitio luminoso, tratando de concentrar la energía en el entrecejo, hasta percibir las imágenes. Este ejercicio es más complicado que la práctica VELO, requiere mayor entrenamiento y concentración. De todos modos, ambas ejercitaciones lumínicas son de gran utilidad para mejorar el funcionamiento pineal: permitiendo que en forma paulatina se aprenda a ver en la oscuridad, mejorando la propia intuición y ayudando a que quienes las practican puedan distinguir el aura (una irradiación luminosa y colorida que rodea a todos los seres vivos). Para efectuar usted también una ejercitación lumínica  haga esto:
 Elija un sitio tranquilo y que pueda ver sus colores y todos sus detalles, gracias a una especie de luz pulsante que irradiaba de la planta.
En los últimos años, las personas han adquirido una nueva conciencia acerca de sus propias capacidades y han comprendido que no sólo los iniciados o los adivinos son capaces de leer el futuro, distinguir el aura o conectarse con planos de existencia más sutiles que la nuestra. Tal vez por este motivo, cada día llegan nuevas cartas de lectores que solicitan una guía para desarrollar sus poderes paranormales. Entre estos hubo uno en especial que despertó nuestro interés: el caso de Cecilia, quien sin saberlo había estado durante años silenciando la capacidad de su tercer ojo.
"Desde muy chica yo era capaz de saber cuándo una persona era bondadosa y cuándo pretendía engañarme, aunque no compartía este conocimiento con nadie, por miedo a que se burlasen de mí. Con frecuencia tenía también visiones premonitorias y quedaba muy asustada cuando se cumplían. En la adolescencia me olvidé de estos sucesos, segura de que todo había sido obra de mi fantasía. Pero hace poco, por no escuchar mi voz interior, fui estafada por un supuesto amigo que nos dejó en la miseria. Tengo esta capacidad natural quiero ahora perfeccionarla y recuperar el tiempo perdido.
Si bien todos tenemos un tercer ojo en estado de latencia, Cecilia no había necesitado "abrir" este centro energético con ningún ejercicio. Percibía las diferencias en el aura magnética que rodeaba a las personas y se anticipaba a los acontecimientos en forma espontánea. Pero, por falta de información, había derrochado sus capacidades.


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